SERRAT NARRADOR

  1. LILIANA
  2. HISTORIA DE BABAR
  3. VIAJE A LA LUNA

23'08"
27'31"
17'14"


©1997 
Narraciones de Joan Manuel Serrat
Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
Dirección Musical: Salvador Brotons
 

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Liliana

Texto de Josep Dolcet y Llorenç Caballero - Música de Salvador Brotons
Basado en un poema de Apel.les Mestres


    Hace ya mucho tiempo, el Hombre, durante las largas noches de invierno, afilaba y pulía una piedra dentro de su cueva. Y después, cuando se fundieron las nieves, pidió al viejo roble una de sus ramas. Entonces, el hombre malvado fabricó un hacha y, con ella, hizo astillas el árbol indefenso. Al ver aquella maldad, los árboles, horrorizados, subieron a la cima de la montaña y allí se juntaron formando un pueblo fuerte y libre. Así nació el Bosque.
    Los Gnomos juraron ser siempre los fieles guardianes del Bosque y se refugiaron en el interior de la Tierra. Pero, cuando descubrieron el primer diamante, desearon poseer más y acumular muchos tesoros, y de esta manera los habitantes del Bosque perdieron a los pequeños genios que los protegían. Sólo tres Gnomos, Flok, Mik y Puk, permanecieron fieles a su juramento porque amaban todas las cosas vivas: todo lo que crece y florece, lo que canta y ríe, lo que brota y renace.
    Año tras año, el Bosque despertaba del sueño del invierno y reverdecían los árboles. Mientras tanto, los tres Gnomos escribían juntos el libro que recoge su historia.
    Una tarde, al ponerse el sol, Flok oyó un llanto muy triste y quiso saber de quién procedía.
    No muy lejos de allí, encontró a la avispa Zumba, que había quedado atrapada en una inmensa telaraña.
    —¡Oh, buen Flok, sálvame! ¡La araña está lejos, pero volverá enseguida! — exclamó la prisionera.
    Después de mucho pensarlo, Flok se compadeció y la liberó.
    —¡Gracias, y de ahora en adelante cuenta siempre conmigo! — dijo la avispa al emprender el vuelo.
    Mitad feliz, mitad triste, mientras Flok pensaba si había actuado bien o mal, vio que algo se movía en la superficie del estanque que formaba un remanso del río.
    Flok fue a explicar a sus compañeros lo que le había sucedido con la avispa Zumba. Mik y Puk le reprendieron, ya que al ayudar a la avispa había perjudicado a la araña y había alterado así, el buen orden y el equilibrio del Bosque. Sin embargo, Flok les dijo que, gracias a ello, había visto algo extraordinario, aunque no sabía de qué se trataba.
    Los tres juntos, descendieron aquella noche al estanque para ver qué era lo que se movía sobre el agua. De repente, oyeron una voz que decía:
    —¡Flok, caiga sobre ti el peso de tu traición! Has roto mi telar, toda mi labor. ¡Que el mal caiga sobre ti, Flok! ¡Soy yo, la araña, quien te maldice!
    Al nacer el día, los tres Gnomos vieron surgir del estanque la más bella criatura que, ni en sueños, habían podido imaginar.
    El prudente Flok, haciendo un gran esfuerzo, dijo:
    —¡Visión maravillosa! Quienquiera que seas, el viejo Flok te saluda y te da la bienvenida en nombre del Bosque. Pero dinos quién eres y de dónde vienes.
    —Nací en el fondo del agua, donde no llega el Sol y el Viento nada puede mover, donde el silencio es música, donde todo sueña y se mueve lentamente. Soy hermana de los lirios y mi nombre es Liliana.
    Desde aquel día, los tres Gnomos no pensaron más que en permanecer junto a aquel ser recién llegado. No se acordaron ya del Bosque ni de su juramento, pues su única tarea consistía en adorar a Liliana.
    Una hermosa mañana de abril, Flok y Mik tuvieron el mismo pensamiento y, sin ningún tipo de compasión, Mik arrancó la flor más perfecta... y Flok atrapó una espléndida mariposa. Liliana aceptó, halagada, aquellos presentes. Con los pétalos de la flor muerta se hizo un vestido, y con las alas de la mariposa adornó su espalda.
    Nadie escuchó los lamentos de agonía de las dos víctimas, sólo Puk, con las manos vacías se dio cuenta y sufrió. El sensible Puk sentía una gran tristeza por la flor rota y la mariposa sin alas. Pero, a su vez, él también quería ofrecer un regalo a Liliana.
    Puk, pensativo, llegó al estanque donde croaban las ranas. Entonces, las reunió y les hizo aprender su canción de amor y, rodeando el palacio de Liliana, el viscoso orfeón inició su canto.
    Flok y Mik se echaron a reír, burlándose del concierto y del compositor. Y Puk les respondió sin perder la calma:
    —No me duele hacer reír. Puede que la música y los versos que he escrito sean malos, pero, al menos, no cuestan vidas.
    De esta manera, mientras Liliana miraba sonriente, se rompió la amistad de los tres Gnomos y comenzó la amarga rivalidad.
    Después de aquel día, una mañana en que, como todas, los tres Gnomos, bajaban al estanque por caminos diferentes, oyeron, de pronto, voces y risas: era Liliana que escuchaba complacida las palabras de Flor de Lino, el rey de los elfos.
    —¿Qué haces sola en el Bosque, sola en el estanque? ¡Ven al valle, ven a la vida, ven con los elfos, a mi reino de amor! Allí se canta, se ríe y se baila, tanto a la luz de la luna, como a pleno sol.
    Y de una brazada, Flor de Lino sentó a Liliana en su hombro y remontando el vuelo, se elevó hacia el cielo.
    Flok, Mik y Puk pasaron muchos días esperando y esperando... Un mismo amor los había separado y, ahora, un mismo dolor volvía a unirlos.
    Y llegó Fobia, la liebre, quien plantándose ante ellos, con voz que la rabia y el miedo hacía temblar, les dijo:
    —Bosque, ¿dónde están tus valientes defensores? ¡El Hombre está dentro del Bosque! ¡Y lleva consigo el arma de rayo y de muerte!
    De un salto se levantaron los tres Gnomos y, cogiéndose de las manos, gritaron:
    —¡El Bosque está en peligro! ¡Unámonos por nuestra patria! ¡Todos para uno y uno para todos!
    Se oyó entonces un fuerte zumbido.
    Y Flok vio a Zumba, la avispa:
    —¡Bienvenida, Zumba! — exclamó contento — ¡Si un día fuiste causa del mal, que ahora el mal se convierta en bien! Convoca al pueblo del aguijón. El Bosque está en peligro.
    Poco después, se extendió una nube pavorosa que lanzaba rugidos de muerte. Era el ejército de los aguijones, los soldados de Flok, de Mik y de Puk: un desfile de avispas, abejas, abejorros y mosquitos, todos avanzando como una gran legión.
    —¡Contra él! — gritaron todos a una.
    Y todo el ejército se abalanzó sobre el Hombre que, vencido, se alejó para siempre.
    Así renació la paz y, con ella, el gozo de vivir. Volvieron los otoños y las primaveras. Y los Gnomos volvieron a ser lo que habían sido antes: los fieles guardianes del Bosque.
    Y si viajando por sus profundidades os dejan ver su Gran Libro, no busquéis en sus páginas la historia de Liliana. No está allí. Ni siquiera su nombre ha quedado escrito en él.

 
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Historia de Babar

Texto de Jean de Brunhoff - Música de Francis Poulenc

    En la selva ha nacido un pequeño elefante. Se llama Babar. Su mamá lo quiere muchísimo. Para que duerma, lo mece con su trompa mientras le canta dulcemente.
    Babar ha crecido. Y juega con los otros elefantes de su edad. Él es uno de los más simpáticos. Se divierte excavando pozos en la arena con una concha. Babar se pasea feliz montado en la espalda de su mamá. De repente, un malvado cazador, escondido entre unas matas, dispara contra ellos.
    El cazador ha matado a la mamá de Babar. Los monos se esconden, los pájaros echan a volar. El cazador persigue al pobre Babar para atraparlo. Babar escapa porque tiene miedo del cazador.
    Al cabo de unos días, llega, muy cansado, a una gran ciudad... Está sorprendido porque es la primera vez que ve tantas casas. ¡Cuántas cosas nuevas! ¡Las avenidas son magníficas! ¡Qué autos y qué autobuses! Pero lo que más llama la atención de Babar son dos señores que encuentra en la calle. Y piensa: «Qué bien vestidos van. Cómo me gustaría tener un traje así de bonito... Pero, ¿cómo conseguirlo?»
    Por suerte, una anciana señora muy rica, que quiere mucho a los elefantes pequeños, se da cuenta, al mirarlo, de que suspira por un buen traje. Y como a ella le gusta hacer felices a los demás, le da su monedero. Babar le dice: «Gracias señora».
    Ahora Babar vive en casa de la anciana señora. Por la mañana, hacen gimnasia juntos y luego se baña. Se pasea en automóvil cada día. Se lo ha comprado la anciana señora, que le da todo lo que quiere.
    Pero Babar no es completamente feliz, porque ahora no puede jugar en la selva con sus primos y con sus amigos los monos. Muchas veces, asomado a la ventana, piensa en su infancia y llora recordando a su mamá.
    Han pasado dos años. Un día, mientras pasean, Babar ve cómo se acercan dos elefantes que van completamente desnudos.
    — ¡Pero si son Arturo y Celeste, mis primos! — dice, asombradísimo, a la anciana.
    Babar abraza a Arturo y a Celeste y luego se va con ellos a comprarles trajes bonitos. Después los lleva a la pastelería a merendar.
    Mientras, en la selva, los demás elefantes buscan a Arturo y a Celeste y los llaman a gritos; sus mamás están muy preocupadas. Afortunadamente, un viejo marabú que volaba sobre la ciudad los vio y rápidamente avisó a los elefantes.
    Las mamás de Arturo y Celeste van a la ciudad a buscarlos; están contentísimas de haberlos encontrado, aunque les riñen por su escapatoria.
    Babar decide marcharse con Arturo, Celeste y sus mamás y volver con ellos a la selva. Todo está listo para el viaje. Babar abraza a su amiga y le promete volver algún día. No la olvidará jamás.
    La anciana señora se ha quedado sola. Está triste y se pregunta: «¿Cuándo volveré a ver a mi pequeño Babar?»
    Ya se han marchado... Como las mamás no cabían en el coche, van corriendo detrás y levantan sus trompas para no tragarse el polvo.
    Pero aquel mismo día, el rey de los elefantes se comió una seta venenosa mientras paseaba. Se ha puesto muy enfermo a causa del veneno. Tan enfermo que ha muerto. ¡Qué desgracia tan grande!
    Después de su entierro, los elefantes más viejos se han reunido para elegir a un nuevo rey. Y justo en ese momento oyen un ruido, se dan la vuelta, miran y... ¿qué ven? A Babar que llega en coche y a todos los elefantes que corren y gritan:
    — ¡Ya están aquí! ¡Ya están aquí! ¡Han vuelto! ¡Hola Babar! ¡Hola Arturo! ¡Hola Celeste! ¡Qué trajes tan elegantes! ¡Qué coche tan bonito!
    Entonces Cornelius, el más viejo de los elefantes, dice con su voz temblorosa:
    — Amigos, estamos buscando un rey, ¿por qué no elegir a Babar? Viene de la ciudad, ha aprendido muchísimo todo este tiempo entre los hombres. Démosle la corona.
    Todos los elefantes opinan que Cornelius ha hablado muy bien. Y esperan impacientes la respuesta de Babar.
    — Os doy las gracias a todos — dice éste — pero antes de aceptar, debo deciros que durante el viaje en coche, Celeste y yo nos hemos prometido. Si yo voy a ser vuestro rey, ella será vuestra reina.
    — ¡Viva la reina Celeste! ¡Viva el rey Babar! — gritan todos los elefantes sin dudarlo un momento. Y así fue cómo Babar se convirtió en... ¡rey!
    Babar dijo entonces a Cornelius:
    — Tienes ideas geniales, por eso te voy a nombrar general y cuando yo lleve la corona, te daré mi bombín. Me casaré con Celeste dentro de ocho días; haremos una gran fiesta para celebrar la boda y la coronación.
    Después Babar pide a los pájaros que vayan a invitar a todos los animales a su boda. Los invitados comienzan a llegar. El dromedario, que era el responsable de ir a la ciudad a comprar trajes elegantes para la boda, los trae justo a tiempo para la ceremonia.
    Boda de Babar.
    Coronación de Babar.
    Después de la boda y la coronación todos bailan con ganas. Los pájaros se confunden con la orquesta.
    Se ha acabado la fiesta. Es de noche. Brillan las estrellas.
    El rey Babar y la reina Celeste sueñan dichosos... con su felicidad.
    Ahora todo duerme. Los invitados han regresado a sus casas, muy contentos, aunque cansados de tanto bailar. Durante mucho tiempo recordarán este magnífico baile.

 
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Viaje a la Luna

Texto de Josep Maria Espinàs - Música de Xavier Montsalvatge

    La narración que vamos a escuchar se llama "VIAJE A LA LUNA". Antes de empezar debéis saber que a cada capítulo de la historia corresponde un determinado grupo de instrumentos de la orquesta. El orden de aparición será el siguiente:
    Para empezar, toda la orquesta a la vez. En segundo lugar, la familia de los instrumentos de metal: trombones, trompas y trompetas. A continuación, la extensa familia de los instrumentos de percusión: timbales, bombo, platillos, xilófono, triángulo, caja china, látigo, carraca, silbato y tam-tam.
    Después los instrumentos de cuerda: violines, violas, violoncelos y contrabajos unidos al arpa, los metales y la percusión. Luego la familia de los instrumentos de madera: flautín, flautas, oboes, clarinetes y fagot. Y finalmente, el "tuti", o sea, todos los instrumentos de la orquesta conjuntados.

    1. Era un domingo por la tarde, y la Panda de los Inventis no sabía qué hacer. Se llamaban los Inventis porque eran unos chicos y unas chicas que siempre andaban inventando juegos e historias. Tenían mucho ingenio y eran buena gente.
    Aquel domingo querían hacer algo nuevo, algo extraordinario, algo que fuese más divertido que todo lo que habían hecho hasta entonces.
    Iván, que era el jefe de la pandilla, dijo:
    — Que cada uno de nosotros proponga un juego o una aventura, y escogeremos lo que nos guste más. Empieza tú, Carlos. ¿Qué podríamos hacer? Pero no nos dejes sordos con tu voz de trombón. Veamos, ¿qué nos propones?
/trombón/

    2. Después habló Luis:
    — No, Carlos, no, explorar las entrañas de la tierra es demasiado fácil. Hay muchos agujeros para entrar, y sólo se trata de bajar. A mí me gustan aventuras más difíciles.
    Y bueno, no era poco difícil la aventura que explicó:
/trompa/

    3. Casi daba miedo oír la voz de Luis, que sonaba como una trompa, cuando explicaba que deseaba descubrir qué había en el fondo del mar:
/trompa/

    4. Tomás dijo que sí, que él también se apuntaba:
/2 trompas/

    5. Pero Iván y Miguel no estaban de acuerdo:
/2 trombones/

    6. Decían que si se metían en el mar quedarían empapados, y habría bronca familiar:
/trombones y trompas/

    7. Pero los demás se burlaban:
    — Y si nos metemos bajo tierra, ¿qué? El polvo se nos meterá hasta por las orejas. La discusión no se acababa nunca:
/trombones y trompas/

    8. Entonces Ana, una de las chicas, que ya estaban hartas de que los chicos nos les hicieran caso, empezó a hablar. Empezó muy bajito...
/trompeta/

    9. Después más fuerte, y pronto se le añadieron todas las chicas. ¡Qué bullicio!
/trompetas/

    10. — ¡Pero, de qué están hablando estas locas! Y entonces Ana lo dijo muy claro:
    11. — ¡La Luna! ¡La Luna!
Y la idea tuvo tanto éxito que toda la pandilla empezó a gritar: ¡La Luna, vayamos a la Luna!
/todo el metal/

    12. Desde aquel día, cada domingo por la tarde, la pandilla de los Inventis se reunía para discutir todos los detalles del viaje a la Luna:
/percusión/

    — ¿Desde dónde lanzaremos el cohete?
    — Desde la azotea de casa, que es la más alta.
    — Ahí arriba hará fresquito, ¿no?. Mamá siempre dice que me ponga la bufanda cuando voy al cole...
    — Una mochila llena de chocolate, eso es lo que necesitamos.
    — Y una bici, una bici para pasear por la Luna.
    — ¡Alto, alto! -avisó Iván-. Si empezamos a cargar el cohete no alzará ni un palmo del suelo.
/metal/

    13. Y cuando todo el mundo se puso de acuerdo, llegó la hora de empezar a construir el cohete. Todos iban transportando a la azotea de la casa de Iván los elementos y aparatos más extraños.
/percusión/

    14. Nunca se había visto una procesión tan rara...
/percusión/

    15. Al principio, dejaban todos los trastos por el suelo, sin orden ni concierto.
    16. Hasta que, unos días más tarde, Iván dijo:
    — Ya tenemos bastante material. Ahora os explicaré cómo debemos montar el hierro, las latas, el aluminio, el plástico, los muelles, todo. Carlos, Luis, Tomás: ¡manos a la obra!
    17. Todos trabajaban de firme. A veces metían tanto ruido, los chicos y las chicas, que para entenderse tenían que gritar:
/percusión y metal/

    18. Cuando el trabajo ya andaba mediado, el cohete empezó a inclinarse peligrosamente...
    19. Hasta que...
    20. ¡Todo por el suelo! Pero la panda de los Inventis, sin desanimarse, volvió a empezar. Pero esta vez ya tenían experiencia, y trabajaron más deprisa y más seguros.
    21. Cuando el cohete estuvo listo, Iván dijo a las chicas:
    — Ahora os toca a vosotras. Id con mucho cuidado, porque es la operación más delicada. Llenad el depósito con el combustible secreto.
Y ellas que se las sabían todas, enseguida lo tuvieron lleno.
/percusión y metal/

    22. De pronto, se hizo un gran silencio. Ya no quedaba nada más que hacer. Se miraron unos a otros, hasta que Iván dijo:
    — Ha llegado el momento de entrar en el cohete. Uno tras otro, y muy despacio.
/metal/

    23. Abrochaos el cinturón. Y poneos el casco. Atención: cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Arriba!
/cuerda, metal y percusión/

    24. Cuando vieron que salían disparados... ¡qué griterío de entusiasmo!
    25. Ya subían por los aires.
    26. Arriba, cada vez más arriba...
    27. Con las caras pegadas a los cristales de las ventanillas, todos aquellos aprendices de astronautas admiraban la belleza del espacio.
    28. La Tierra se veía cada vez más pequeña.
    29. ¡Mirad, mirad! ¡Ya estamos cerca de la Luna!
    30. Iván consultó el reloj cósmico que llevaba y avisó:
    — Carlos, prepárate para poner en marcha los cohetes de freno.
    31. ¡Ya!
    32. ¡Habían llegado!
    33. — ¡Dejad de alborotar, pandilla! Luis, abre la puerta y salid uno tras otro.
/flautín/

    34. Todos se quedaron inmóviles sobre la Luna. Parecía un desierto, pero un desierto blanco, donde se divisaban pequeñas colinas parecidas a flanes; a sus pies, el suelo parecía nata congelada. No había ni una pizca de aire. Al principio, les pareció que todo era silencio. Pero poco a poco...
    35. — ¿Oís esa voz? Alguien nos da la bienvenida.
    36. — Parece un flautín -dijo una chica.
/flautas/

    37. — ¿Un flautín? No. Seguro que es un habitante invisible de la Luna.
/oboes y clarinetes/

    38. — Fijaos. Esta otra voz también es muy bonita.
    39. Se oían nuevas voces, y todos los de la panda escuchaban boquiabiertos.
/fagot/

    40. — ¿No os parece que ése se ríe de nosotros?
    41. — Vamos, chicos, tenemos que descubrir dónde se esconden. ¡Adelante!
/madera y percusión/

    Eran una especie de hombres como los hombres de la Tierra, pero más alegres y parecían hermanos.
    Eran una especie de mujeres como las mujeres de la Tierra, pero más alegres y llevaban una rosa en la mano, como si siempre fuera un día de fiesta.
    Eran una especie de niños y niñas como los niños y niñas de la Tierra, pero más alegres y sinceros, y más felices de tener amigos.
    42. — Chicos y chicas que me escucháis. La Pandilla de los Inventis no volvió de la Luna, aunque tenían su cohete listo. Eso significa que todo lo que allí descubrieron les gustó mucho.
    Allí siguen, y sin duda, esperan que vaya más gente de la Tierra.
/orquesta/

    Gente decidida y alegre como ellos.
    43. Gente que tenga ganas de estudiar y de trabajar...
    44. Gente que crea que hay que hacer de verdad un mundo mejor...
    45. Y que se interese por la gente que no conoce, la gente que es diferente.
    46. Si vosotros sois así, no lo dudéis: llegaréis muy lejos...
¡A las tres!, ¡A las dos!, ¡A la una!:
¡A la Luna!
/Todo, como final/


 

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Textos de las narraciones:
  • Liliana: Josep Dolcet y Lloreç Caballero sobre un poema de Apel.les Mestres
  • Historia de Babar: Jean de Brunhoff
  • Viaje a la luna: Josep Maria Espinàs

Música de las narraciones:

  • Liliana: Salvador Brotons (1959)
  • Historia de Babar: Francis Poulenc (1899-1963)
  • Viaje a la luna: Xavier Montsalvatge (1912)

Narrador: Joan Manuel Serrat

Dirección musical: Salvador Brotons

Músicos: Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña

Compañía Discográfica: Auvidis Ibèrica

Referencia del CD: AVI 8.011 - Dep. Legal B. 40.816/1997

Grabación: En el auditorio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) en Enero de 1997 y en los Estudios Steve Taylor Productions en Junio y Julio de 1997

Ingeniero de sonido: Steve Taylor

Producción: Steve Taylor

Ilustraciones: Carme Solé i Vendrell

Asesoramiento linguístico: Arseni Corselles

Traducciones: Jaume Creus, Rafael de Penagos y Teresa Güell

Fotografía: Javier Salas

Prólogo del Director:
    «La combinación de palabra y música en forma de narración ilustrada musicalmente es una simbiosis de gran poder expresivo y muy sugerente. Así como la unión de música e imagen en el cine ha demostrado repetidamente la gran fuerza persuasiva de las bandas sonoras de películas, en las que no podemos separar la imagen de la música que la acompaña, la unión de texto narrado y música puede adquirir también una nueva dimensión.
    Estos tres cuentos musicales, escritos todos ellos en el siglo XX, demuestran cómo la música sinfónica actual puede comunicarse a todos los públicos, sea cual sea su formación musical. La forma de cuento, inicialmente destinada a los más pequeños, posee elementos para cautivar a jóvenes y adultos. A todos nos gusta, de vez en cuando, volver a ser niños y descubrir el valor educativo y moral del cuento, siempre universal. Este disco está concebido, pues, para que lo disfrute todo el mundo. Se trata de una música y unos textos para escuchar, para pasarlo bien y también para pensar e imaginar. El disco puede utilizarse igualmente como herramienta para introducir la música sinfónica en las escuelas de una forma muy accesible y altamente imaginativa.
    Liliana fue compuesta en la primavera de 1993, por encargo de la Orquesta de Cadaqués, y se estrenó el verano de ese mismo año durante el Festival de esa población bajo la dirección de Charles Peebles. Basada en el cuento homónimo de Apel.les Mestres, Josep Dolcet y Llorenç Caballero prepararon el libreto que sintetizaba el cuento en su esencia. A pesar de los múltiples mensajes del mismo, el contenido básico es ecológico: protección de la naturaleza, amor a la tierra y a los valores humanos (amor, respeto y unión). La figura del hombre se presenta como agresiva y perversa, mientras que Liliana, con toda su belleza, es un elemento desequilibrante que causa el desorden y la rivalidad en el país del orden natural. Las ilustraciones musicales comentan lo que expone el texto. El autor no ha intentado identificar ningún concepto ni personaje con un determinado instrumento musical, a excepción del arpa, que enlaza directamente con la sensualidad de Liliana. La unidad de la composición viene dada por medio de leitmotivs: la maldad del hombre, los tres gnomos, la avispa Zumba, la maldición de la araña, Liliana, la tristeza de Puk, las ranas, etc... Estrechamente unidos a la acción del texto, estos temas adquieren un amplio despliegue y tratamiento en la segunda parte del cuento.
    Liliana está dedicada a Clara, la hija del compositor, que nació precisamente cuando el autor la estaba componiendo.
    Por lo general, la música de Poulenc presenta un lenguaje muy adecuado para un cuento musical, con toda su vivacidad, color, ritmo y espontaneidad. La Historia de Babar fue escrita originalmente para piano entre 1940-45, y el compositor Jean Françaix realizó posteriormente una admirable orquestación de gran virtuosismo instrumental. La facilidad melódica, junto con los ritmos divertidos de Poulenc, crean en el cuento del pequeño elefante un color y un contraste muy efectivos. La música es eminentemente episódica, con tonos grotescos pero también con momentos de belleza y melancolía sublimes, capaces de cautivar la atención de jóvenes y mayores.
    Viaje a la Luna fue escrito en 1966, tres años antes que el hombre llegara a nuestro satélite. Sobre una divertida historia de Josep Maria Espinàs, el admirado maestro Xavier Montsalvatge compuso una música sugerente y, a la vez, didáctica, puesto que, además de ilustrar el texto, introduce individualmente los diferentes instrumentos de la orquesta. Viaje a la Luna es una obra compacta, esencialmente rítmica y con un hermoso mensaje humano.»
                         Salvador Brotons


 

 


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